Como sabrás, desde hace bien poco, al visitar ciertas páginas web nos topamos con un nuevo banner que nos presenta un coñazo dilema interesante: aceptar cookies y publicidad personalizada, o bien, pagar una tarifa (!?) para acceder sin publicidad ni seguimiento.
Es decir, te ofrecen la posibilidad de disfrutar de sitios web sin cookies publicitarias pagando una tarifa mensual. Suena atractivo, ¿verdad? Lo increíble es que esta práctica es totalmente legal según las normativas europeas. Así que, ¿dónde está la trampa?
La legalidad de aceptar cookies por un precio
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) considera legal esta práctica en el banner de cookies. Según sus directrices, la no aceptación de cookies puede impedir el acceso al sitio web o la utilización total o parcial del servicio.
En virtud de las directrices establecidas se observa un fenómeno interesante en el mundo digital, donde algunos sitios web han encontrado un camino legal para ofrecer alternativas de acceso sin necesidad de aceptar cookies. La AEPD permite que en ciertos casos, el rechazo de cookies pueda limitar el acceso al sitio o la utilización de servicios, siempre y cuando se proporcione una alternativa real y se informe adecuadamente al usuario.
Sin embargo, siempre y cuando se informe adecuadamente al usuario y se ofrezca una alternativa, no necesariamente gratuita, de acceso al servicio sin necesidad de aceptar el uso de cookies, se considera aceptable.
Lo intrigante radica en la expresión «no necesariamente gratuita».
Al aprovechar esta flexibilidad, algunos prestadores de servicios han optado por presentar una opción de acceso libre de cookies a cambio de una tarifa. Esta táctica, aunque técnicamente legal, plantea cuestionamientos éticos sobre la accesibilidad de servicios esenciales.
Este enfoque se alinea con las Directrices 05/2020 sobre el consentimiento del Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD), que exige que las alternativas sean genuinamente equivalentes. Sin embargo, surge la pregunta: ¿es realmente libre toda manifestación de voluntad cuando se asocia al pago?
Ofrecer una alternativa de pago como única opción para ejercer derechos reconocidos legalmente plantea dudas sobre la voluntariedad del consentimiento y resalta la astucia y picaresca de algunos sitios.
Obviamente, los muros de cookies han proliferado como champiñones. Evidencia de la compleja intersección entre la protección de datos y las estrategias comerciales online.
La interpretación del consentimiento y las cookies como datos personales
El RGPD define el consentimiento como una manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca. Según el CEPD, vincular el consentimiento al aceptar términos y condiciones o condicionar el servicio a una solicitud de consentimiento para datos personales no necesarios es considerado «muy inapropiado».
Las ‘Cookies’, según el RGPD, se consideran datos personales susceptibles de tratamiento y, por lo tanto, sujetas a consentimiento previo. Aunque el prestador informe adecuadamente al usuario y le ofrezca la opción de pagar en lugar de aceptar las cookies, ¿es esta realmente una manifestación de voluntad libre?
Consideraciones éticas
La aplicación de este método plantea desafíos éticos, especialmente al considerar que las páginas web están dirigidas a diversos públicos, incluyendo menores de edad, personas con diversidad funcional y ancianos sin conocimientos informáticos. Imaginemos a un menor que, al buscar información para un trabajo escolar, se encuentra con un ‘banner’ que le exige pagar para continuar navegando. ¿Es esto realmente una experiencia justa para el usuario?
El futuro de las cookies y las implicaciones de esta práctica
Mientras exploramos las profundidades de las cookies, también miramos hacia el futuro. Navegadores como Firefox, Safari y Brave ya bloquean las cookies por defecto, mientras que Google planea eliminar las cookies de terceros en Chrome. Sin embargo, esta nueva práctica de rechazar cookies mediante pago plantea preguntas sobre su utilidad y consecuencias, como la posible reducción de ventas, el tiempo del usuario en el dominio web y su posición en el mercado.
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